Ir de compras con hambre? ¡Tu bolsillo puede salir perjudicado!
Conoce más aquí...
Compartir artículo:

¿Te ha pasado que vas al supermercado con hambre y terminas comprando más de lo que necesitabas? Tranquilo, no eres el único. Hay una razón simple: cuando tenemos hambre, los antojos se multiplican… y también los gastos.
Ir de compras sin haber comido puede hacer que nuestro cerebro nos juegue una mala pasada. De repente, todo se ve apetitoso, necesario e irresistible. Y ahí es donde empezamos a meter en el carrito productos que no estaban en la lista: snacks, postres, comidas rápidas, bebidas caras, entre otros.
¿Cuál es el problema?
Que esos gastos pequeños, repetidos una y otra vez, terminan afectando tu presupuesto mensual sin que te des cuenta.
Haz la prueba:
Un día ve al mercado con hambre, y otro día ve después de comer. Compara los recibos y verás la diferencia.
Para ello, aquí te dejamos algunos consejos sencillos y prácticos:
- Nunca vayas de compras con el estómago vacío. Come algo antes de salir, aunque sea un snack.
- Lleva una lista clara y respétala. Si el artículo o el alimento no está en la lista, probablemente no lo necesitas.
- Evita los pasillos de tentación. Sí, esos llenos de dulces, papitas, y "ofertas irresistibles".
- Ponle un tope a tu gasto. Usa efectivo o define un monto si pagas con tarjeta.
- Haz mercado con cabeza, no con hambre. Porque los antojos duran minutos, pero el gasto queda todo el mes.
Recuerda: cuidar tu dinero también es parte de tu bienestar. Un pequeño cambio como este puede ayudarte a ahorrar más de lo que imaginas.
¡Aprendamos en Familia!